miércoles, 11 de septiembre de 2013

Ventresca picante de atún con ajo, perejil y guindilla

Y después del solomillo de cerdo en salsa de leche y pimienta verde, os presento otra receta de una especie de solomillo, esta vez de pescado, qué más sencillo y más barato (bueno, por lo menos aquí en Sevilla la ventresca de atún no sale muy cara) es difícil de imaginar. 
Por su sencillez no sé ni siquiera si se puede llamar receta y Jorge (que es suya) decía que no la pusiera porque es demasiado básica, pero a ver, si está rica por qué no compartirla?Tampoco somos unos chefs de estrella Michelin...
Además en estos tiempos una opción así viene bien creo que a más que uno.
O no?
En fin, me he decidido publicarla y lo que más me convence es el hecho de que a mí gusto el pescado más sencillo es y más rico resulta.
El perejil nunca falta en mi casa: compro siempre un par me manojos, los pico y lo conservo en un tarro en el congelador, así, sin más, guindilla tengo siempre y ajo también.
Vosotros también no? ;)


Ingredientes para 2 personas:
2 ventrescas de atún posiblemente frescas
2 dientes de ajo
1 guindilla picante
1 cuchara de perejil fresco picado 
1 chorro de aceite E.V.O.


1. Pon a calentar o una sartén con una gotita de aceite o una plancha. En cuanto esté caliente echa las ventrescas de atún, dando la vuelta de vez en cuanto con mucho cuidado. En cuanto estén hechas por fuera quitalas, y cortalas en lonchas de un dedo de grosos sin llegar hasta el fondo, para que abran a libro.

2. En una sartén por a calentar el aceite, un buen chorro, en cuanto esté caliente, echa la guindilla, baja el fuego y echa los dientes de ajo frescos pelados y cortados en láminas, hasta que no se queden bien dorados. Apaga y echa el perejil.

3. Sirve las ventrescas en un plato con el aceite picante bien caliente.


¡Qué aproveche!


jueves, 5 de septiembre de 2013

Solomillo de cerdo en salsa de leche y pimienta verde

Ya estamos en septiembre, las calles han vuelto a animarse y los buenos propósitos vuelven a nuestras mentes, como todos los años, como siempre después de las vacaciones (o después de Navidades o después de Semana Santa).
Yo también soy victima.
Es como si necesitara orden, reorganizar mi vida, hacer planes, sacar algo positivo y pensar en un pequeño nuevo comienzo. Me da energía.
En estos últimos meses mi vida ha sido un poco complicada y seguirá siéndolo por lo menos hasta diciembre, pero ya veo que las cosas se están cerrando, a finales de mes por lo menos termino el máster, así que ya me veo con algo terminado, esperando en nuevos retos.
Por eso últimamente no paso mucho por los blogs y por eso tampoco estoy cocinando mucho, pero a ver, de vez en cuando algo como!
El otro día hice este solomillo, es un plato muy económico, ya que tuve sólo que comprar la carne ya que los demás ingredientes son muy comunes en casa: aceite, sal, un poco de romero, pimienta verde, salvia y leche, ajo.





Ingredientes:
1 solomillo de cerdo
300 ml de leche
2 dientes de ajo
1 cuchara de pimenta verde en grano 
Aceite Extra Virgen de Oliva
Romero
3 hojas de salvia
Sal 

1. Pon a calentar en una sartén 4-5 cucharas de aceite, mientras tanto coge el solomillo, hazle unos pequeños cortes para insertar los dientes de ajo, yo hice 4 cortes y en cada uno puse la mitad de un diente.

2. En cuanto el aceite esté caliente pon a dorar el solomillo, así, sin más, unos 4 o 5 minutos, dándole la vuelta de vez en cuando.

3. En cuanto esté bien sellado, empieza a echar un poco de romero, las hojas de salvia (o en polvo), y añade la mitad de la leche caliente y la mitad de los granos de pimienta verde un poco machacados. Tapa y pon a fuego lento.

4. Calcula que tardará unos 40 minutos (luego depende también del tamaño del solomillo), tendrás que darle la vuelta de vez en cuando y añadir la leche a medida de que se evapore, para que no quede sin liquido.

5. Pasados los 40 minutos, añade una pizca de sal, el resto de los granos y déjalo sin tapadera otros 5 minutos más si la salsa resultara demasiado liquida.

6. La salsa: a mí no me gusta ni filtrarla ni batirla, pero puede ser una opción, en ese caso intenta que se quede bastante liquida y si la quieres un poco más espesa añade una cuchara escasa de maizena.

Este solomillo está muy rico no sólo en su versión caliente, sino también en frío (y dentro de un bocadillo con una rodaja de tomate y un par de hojas de lechuga también ;) )

Ya está!


¡Qué aproveche!