Conserva de calabacín en aceite

Este año he decidido experimentar algo nuevo que nunca había hecho antes: las conservas.

En mi casa siempre se hacía la de tomate, me acuerdo aún mi abuela y mi tia trabajando durante un par de días sin parar pelando, cortando, cocinando, embotando...me parecía una locura total...pero luego, en pleno invierno, poder abrir uno de esos botes con ese olor que no se me olvidará nunca en la vida era un placer único, de verdad.

Pues, me encantaría hacerla, pero no tengo la herramienta necesaria y además me haría falta alguien que me eche una mano, así que me he re-inventado y he decidido empezar por otro tipo de verdura.

Tengo que decir la verdad: la receta que os propongo es muy sencilla, pero hay que calcular que comporta una tarde de trabajo...más que nada porque la verdura necesita descansar.

Habrá luego que esperar por lo menos un mes para poderlos saborear y una vez abiertos habrá que comsumirlos bastante rápido, por eso he preparado un tarro de cristal de medio kilo y un par de tarros más pequeños.

Empezamos:

Ingredientes para 1 tarros de vidrio grande y 2 pequeños:

6 calabacines blancos

1 vaso pequeño de vinagre blanco

2 cebollas francesas

Aceite E.V.O.

Sal

Pimienta en granos según gusto

Orégano según gusto

Albahaca seca según gusto

1. Lava los calabacines, cortalos en rodajas de 3-4 mm, ponlos en una bandeja y echales sal gruesa para que suelten su propia agua. Deja que descansen una hora.

2. Pon a hervir en una olla el vinagre con unos granos de pimienta (yo he usado una mezcla mixta), un par de hoja de laurel, un puñado de hojas de menta y cuando esté hirviendo, vierte los calabacines y dejalos unos 3 minutos.

3. Mientras tanto, prepara otra bandeja con un trapo limpio y empieza a sacar escurriendo los calabacines con una espumadera (eso para que no se rompan) y apoyalos con cuidado en el trapo.

Habrá que cambiar el trapo por lo menos un par de veces, los calabacines deben soltar toda el agua, es muy importante este momento, porque el agua podría arruinar la conserva.

4. En una olla, en la que quepan tranquilamente los tarros y las tapaderas,  llenala con ellos dentro de agua fría. Dentro los tarros también va agua y tienen que quedar totalmente sumergidos. 
Pon la olla en el fuego y calcula media hora cuando empiece a hervir.
Luego saca los tarros con mucho cuidado y ponlos a secar bocabajo.


5. En otra olla peqeña pon a cocinarse las cebollas, unos 10 minutos serán suficientes y con agua simplemente.

6. Cuando esté todo listo, empieza a poner en los tarros un poco de orégano, un poco de albahaca, unos granos de pimientas, las rodajas y un trocito de cebolla y así se repite hasta que que lo haya rellenado. Por último vierte poco a poco el aceite, hasta que todo esté bien mojado, nada tiene que quedarse fuera.
Otra cosa super importante es que no haya aire, así que empuja siempre la verdura todo lo posible para que salga todo el aire!


7. Antes de cerrar la conserva espera por lo menos una hora y si hiciera falta, añade aceite.


8. Pon los tarros a descansar durante un mes en un sitio donde no haya luz directa.

¡Qué aproveche!