Pasta con crema de alcachofas, hierbabuena y mozzarella

Estoy segura que en cada casa de cualquier rincón del mundo hay un par de ingredientes que no pueden faltar nunca y que representan perfectamente a la o las personas que la viven.

En mi casa podría hacer una lista un poco más larga, de todas formas sè que nunca faltaran ni la pasta (de su presencia soy yo la culpable) ni la hierbabuena, de la cual mi novio es un verdadero forofo: la compra siempre, invierno, verano, primavera o otoño ella es una presencia fija del cajón de mi nevera. Viene super usada en verano por él que no puede vivir sin su gazpacho, pero durante el resto del año he de jugar más de imaginación y acoplarla a platos diferentes.

Por ejemplo hoy.

Si hay otra cosa de la cual estoy enamorada son las alcachofas: sólo verlas, sólo olerlas me enamoran (..de hecho me encantaría un día recibir un ramo de alcachofas en vez de flores!).

La pasta sale estupenda con una salsa cremosa de esta hortaliza, pero te aseguro que el toque de hierbabuena consigue exaltar su sabor..una maravilla!

A ver...

Ingredientes para 2 personas:

2 alcachofas

180 gr de pasta corta (en mi caso fusilli, sino también farfalle, penne...)

2-3 hojas de hierbabuena fresca

1 mozzarella

1/4 de cebolla blanca

1 puñado de queso curado rallado (de oveja o de vaca, lo que prefieras)

Pimienta & sal

Aceite E.V.O.

1. Coge las alcachofas y: 

- quita primero las hojas externas más duras (las verde oscuro), 

- Corta la punta de las hojas, que son duras, un par de centímetros estará bien;

- quita la barbilla interna y empieza a cortarlas  en gajos. Mientras haces esta operación prepara un bol con agua fría y zumo de limón: a medida que cortes las alcachofas echa los gajos allí para que no se pongan negros. 

2. Corta la cebolla y ponla a sofreír en una sartén con un chorro de aceite de oliva, en cuanto empiece a ponerse dorada vierte los gajos de alcachofa escurridos.

Ahora empezarán a cocinarse, lo que pasa es que habrás de añadirle un par de cazos de caldo vegetal o agua caliente para que no se quemen y sobre todo para que se ablanden.

Añade sal y así hasta que no se queden tiernos tiernos, tardarán de todas formas unos 15-20 minutos, mientras tanto puedes encender el horno a una temperatura del 180º.

3. Listos los gajos los pondrás en la batidora con un poquito de agua y las hojas de hierbabuena, dale y en unos segundos ya tendrás la salsa lista.

4. Cocina la pasta en abundante agua salada y, una vez lista, escúrrela.

5. Prepara el molde para el horno con un poco de aceite de oliva (para que no se pegue la pasta) y viertela ya mezclada con la salsa de alcachofas (yo lo he hecho en la olla de la pasta).

6. Corta en taquitos la mozzarella, raya el queso que más te guste: pondrás las dos cosas encima de la pasta ajustando con un poco de pimienta negra y hornea hasta que no se hayan derretido y formado una costra crujiente.

Ya está!

¡Què aproveche!